…una composición única donde los dos mundos, el humano y el natural, coexisten y se integran…

Paul Lozano es un pintor, nacido en Guadalajara en 1981. Hizo estudios de pintura en la escuela de Artes Plásticas del Instituto Cultural Cabañas. Su obra trata de tomar elementos de la naturaleza e integrarlos de manera arquitectónica para así formar una composición única donde los dos mundos, el humano y el natural, coexisten y se integran, generando una sensación de confort al espectador.

El arte de Paul Lozano es multidisciplinario, tiene más de sesenta selecciones en diversos concursos nacionales e internacionales ya que su obra se manifiesta en diferentes ramas del arte como: pintura, gráfica, video arte, instalación y fotografía. Podemos ver que la constante que permea la obra del artista es el uso de los elementos naturales dentro de la composición. Explora y juega con ellas para crear cuadros únicos, donde las líneas y las formas deconstruyen la materia.

Su obra pertenece a colecciones como Il Bisonte Florencia Italia, Museo Internacional de Arte Mexicano en Chicago, colección Museo Raúl Anguiano, pinacoteca Atanasio Monroy, Museo de Arte Contemporáneo en Sofía Bulgaria. Entre las selecciones en concursos y premios que destacan en su carrera la Bienal Rufino Tamayo, Bienal Pedro Coronel y Bienal Shinzaburo Takeda.

Entrevista a Paul Lozano

¿Cómo inicia tu carrera como artista? Inicia prácticamente cuando entro a estudiar al Instituto Cultural Cabañas, tenía 20 años. Era una carrera técnica de tres años, ahí fue donde conocí a mis maestros, ahora colegas, como: Juan Carlos Macias, José Gutiérrez, Joao Rodríguez, Sofia Echeverri, Enrique Hernández y Eduardo Mejorada, con algunos de ellos estuve trabajando y aprendiendo. También se puede decir que ya traía en la sangre el querer dedicarme al arte, mi abuelo Carlo Lozano y mi bisabuelo J. R. Lozano fueron pintores aquí en Jalisco; ver sus cuadros, cuadernos de bocetos y libros, siento que pudo haber influenciado inconscientemente. Pero creo que mi carrera profesional empieza cuando realizo mi primera exposición individual, que en verdad fueron tres exposiciones individuales en un mismo año, tenía 24 años, fue en la Alianza Francesa, Espacio Televisa y Foro de Arte y Cultura en el año 2006.

¿Qué momento de tu vida marcó tu camino como artista? Hubo dos grandes momentos que marcaron mi carrera, el primera de ellas fue a los 27 años cuando me otorgaron la beca de Jóvenes Creadores por parte del FONCA tenía muy poco en la escena, apenas tres años dedicándome al arte, aún estaba aprendiendo y experimentando. La beca me ayudó para hacer una reflexión y seguir creando, crear sin ninguna preocupación para experimentar, eso es importante, experimentar. Me gusta esa búsqueda de lenguajes y materiales no convencionales y la beca me daba esa libertad; también conocí compañeros becarios con las mismas inquietudes. El segundo momento que marcó mi vida fue cuando me otorgaron la residencia en Centro Banff Canadá por parte del FONCA, un parteaguas muy importante de mi carrera; puede decirse que marcó el inicio de lo que hacía y lo que hago: conocer artistas multidisciplinarios de todo el mundo, recibir críticas y consejos. Esto hizo que tuviera una visión de lo quería y hacia donde quería ir, creo que esos dos grandes momentos me han marcado haciéndome reflexionar sobre mi carrera.

¿Qué cosas de tu entorno a diario inspiran tu obra? Me siento muy identificado con la naturaleza, con el paisaje, con la arquitectura. Soy un recolector de objetos de la naturaleza, el campo, los parques son los que me han dado las herramientas para crear mi obra. Tengo un sinfín de rocas, troncos, hojas de árboles que sirven para mi inspiración. Me gusta ese contraste que sucede entre la naturaleza y el humano.

…el descontrol, su transformación, su destrucción como un ciclo que se repite constantemente…

¿Cuál es tu intención, tu búsqueda, el objetivo de tu creación plástica? Muestro la intervención del hombre en el espacio para construir su hábitat, un lugar donde trabajar, vivir y relacionarse. Mostrando el descontrol, su transformación, su destrucción como un ciclo que se repite constantemente, donde el individuo está a merced de las condiciones naturales y de su propia biología, por eso intentará modificarlo. Este descontrol es el punto donde se une el estado natural de la realidad con el movimiento artificial.

¿Qué es lo que crees que despierta tu trabajo en el espectador? Me gusta provocar emociones, que el espectador se cuestione qué está pasando en las obras que realizo. Lo que hago es con la intención de que sea observado y motive una reflexión. La mía no es una obra de fácil lectura, es más una bien una obra que invita al análisis, sobre la composición, las texturas, las formas, el color, el espacio, la tecnología, la vista y el oído.

¿Qué elementos son una constante dentro de tu discurso plástico? ¿Por qué? Rocas, ríos, agua, troncos, naturaleza, estructuras arquitectónicas, montañas, puentes, aire, nubes, pirámides y vestigios prehispánicos. Me encanta la naturaleza, me siento conectado con ella, tengo más de diez años tocando el mismo tema en sus diferentes vertientes. En algunas ocasiones uso algún elemento de la naturaleza para plasmarlo como las rocas, en otras realizo paisajes imaginarios que a la vez son como lugares en los que ya estuve presente, paisajes en movimiento usando la tecnología como el video mapping y el audio.

¿Qué otros artistas te inspiran? El México prehispánico es de mis mayores inspiraciones, aunque son muchos artistas los que me inspiran, por mencionar a algunos: Antonio Ramírez, que fue mi maestro por varios años, Franz Kline, Francis Bacon, Antoni Tapies, Olafur Eliasson, Rafael Lozano- Hemmer, los paisajes de Egon Schile y Gustav Klimt.

En este momento estoy fascinado con un artista holandés, Herman de Vries, su tema es la naturaleza y la recolección de materia orgánica, me siento muy identificado con él.